Ciudadanos reportan experiencias negativas y piden al ayuntamiento revisar protocolos
Orizaba, Ver.
Usuarios de la zona manifestaron su inconformidad por el funcionamiento de la Clínica Animal de Orizaba. Aunque reconocen que la apertura del espacio fue inicialmente bien recibida, aseguran que los costos no son tan accesibles como se había anunciado y denunciaron la retención de credenciales de elector como requisito para acceder a los servicios.
De acuerdo con testimonios, el costo de la esterilización es de 200 pesos para gatos y 300 pesos para perros pequeños. Sin embargo, al momento del registro se solicita entregar la credencial del INE, la cual —afirman— solo es devuelta después de que la mascota cumple un periodo de ocho días de curaciones.
Durante ese lapso, explicaron, el personal realiza cambios de faja y curaciones, pero los dueños deben adquirir por su cuenta pañales, vendas y spray.
“Hay personas que vienen de colonias lejanas haciendo muchos sacrificios; entre transporte y material, termina saliendo caro. Entonces, ¿cuál ayuda?”, cuestionó una usuaria.
Una ciudadana relató que su perrita, esterilizada en la clínica, no ha mostrado una recuperación adecuada. Aseguró que, tras 20 días, el animal “sigue como dopado”, situación que le genera preocupación.




También denunció otro caso presenciado en el lugar: un hombre acudió para que retiraran los puntos a una gatita rescatada y, según relató, el veterinario dejó escapar al animal dentro de las instalaciones.
La mascota, al no pertenecer a la zona, no pudo ser localizada pese a la búsqueda de su dueño.
Los usuarios compararon estos servicios con las campañas de esterilización realizadas por asociaciones civiles, las cuales consideran menos costosas y sin cargos adicionales. Por ello, solicitaron al ayuntamiento revisar los protocolos de atención y garantizar un servicio adecuado y seguro.
Dato: Una gata puede tener de uno a ocho crías por camada y reproducirse varias veces al año; una perra, de uno a 12 cachorros. La esterilización de hembras y machos —incluidos animales en situación de calle— es clave para evitar la sobrepoblación.



