POR RODRIGO VALERIO.
Está es una de las tradiciones que se trasladó desde España a México en el tiempo de la evangelización y sirvió como vinculo de comunicación entre los primeros evangelizadores y los naturales.
Se celebra el viernes anterior al Domingo de Ramos y se recuerda el sufrimiento de la Virgen María durante la pasión de Jesús.
En concreto, la religión católica pone este nombre en referencia a los dolores de la Virgen María en la semana previa a la muerte y resurrección de Jesucristo. Según se recoge en la Biblia fueron siete los dolores de Maria
En Coscomatepec es una de las tradiciones que le dan identidad y que apertura la semana santa en nuestra comunidad.
Ventanales y balcones se engalanan para manifestar su fervor y respeto por las fechas sagradas.
Familias a lo largo del tiempo se han distinguido por lo elaborado de sus altares y lo han transmitido de generación en generación y se formaron parte de un acervo histórico de nuestra comunidad.
Los barrios de la palma, tecujapa, perote, san Diego se mantienen casi despiertos con el recorrido que los lugareños hacen para visitar los altares y así poder vivir una de las fechas más significativas de la semana mayor.
Al visitar los altares en algunos lugares les dan los dueños de la casa un vaso de “agua aloja”, una bebida que se prepara dicho día para preservar las enfermedades de la época, del cambio de estación; del invierno a la primavera, esta bebida la preparaban con agua común, yerba de muitle molida para darle color, pimienta de Tabasco para darle sabor, azúcar al gusto y un poco de cremor tartaro
Es sin duda una tradición digna de preservarse y que vale la pena ver, vivir, y reflexionar.