Si de por sí las temporadas deportivas ya eran raras, diferentes, extraordinarias y recortadas, el 2020 se va a recordar por muchas cosas más que el coronavirus, pues éste miércoles el mundo del deporte se paralizó cuando la NBA alzó la voz y decidió frenar su temporada en protesta por la brutalidad y discriminación policiaca, actitud que tuvo eco, pues se unieron a dicha protesta Grandes Ligas y la MLS, quienes también decidieron posponer algunos juegos.
La noche de éste miércoles hubo reuniones importantes entre los jugadores de la NBA y autoridades a quienes les exigen tomen medidas drásticas y definitivas para frenar la violencia policiaca, sobre todo contra la población de color, que ha sufrido el racismo y brutalidad de la policía, siendo la gota que derramó el vaso la agresión a balazos a Jacob Blake quien se encuentra en terapia intensiva y prácticamente paralitico, por los siete impactos que recibió.
Las protestas ciudadanas cada vez más violentas, no han encontrado la respuesta que esperan de las autoridades, por lo que tuvo que ser el deporte quien levantara la voz a través de los jugadores de los Bucks de Milwaukee y Orlando Magic, quienes decidieron boicotear su encuentro correspondiente a los playoffs de la NBA, decidiendo NO JUGAR.
Más tarde se confirmo que no habría juegos de baloncesto éste día y continúa la incertidumbre, sobre qué va a pasar con los playoffs, ya que pudieran dar por terminada la temporada de por sí atípica.
“Tengo media cabeza en jugar y la otra media en ayudar a la gente negra en los Estados Unidos”, habría manifestado LeBron James, tras su triunfo sobre el Portland Trail Blazers en la primera ronda; no fue el único que estaba atravesando ese momento de confusión, después de los disparos sin sentido sobre la espalda de Jacob Blake. Su agresor sólo fue suspendido de su cargo, pero no está detenido.
En la burbuja de Orlando donde se juega la mini temporada de la NBA siguen concentrados los jugadores analizando su cancelan la temporada o la reanudan, todo dependerá de la postura de las autoridades, pues el problema no es precisamente deportivo, sino social.
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