La infancia suele ser romantizada por muchos padres, y una gran mayoría de padres primerizos suelen privilegiar la diversión y el estudio de sus vástagos antes que la ayuda en tareas domésticas de aseo.
Si bien, esto tiene una explicación cultural, siempre pensando en que los pequeños de la casa tengan una infancia feliz, a la larga puede provocarles problemas de conducta en otras etapas de su vida.
A continuación te presentamos los planteamientos de una experta en el comportamiento, además de los resultados de un estudio que apoya la idea de que es importante que los niños ayuden en las labores de limpieza de la casa.
Consentimos demasiado a los niños
De acuerdo con la doctora Deborah Gilboa, experta en medicina infantil, muchos padres modernos asumen que los niños tienen una gran carga escolar, y por eso limitan mucho su participación en el aseo de la casa.
La idea de la doctora Gilboa se corrobora con información de la encuesta Braun Research, que descubrió que el 82 por ciento de los padres estadounidenses actuales hacían tareas domésticas de forma regular cuando eran niños, pero solo el 28 por ciento les da tareas similares a sus propios hijos.
La doctora Gilboa cree que esta tendencia de consentir demasiado a los niños no es tan buena como parece, y terminará por provocar problemas en el comportamiento de los chicos.
¿En qué perjudica a los niños no apoyar en el aseo?
Al buscar que los niños se concentren en sus tareas escolares, y en actividades extracurriculares, se descuida la socialización familiar.
De acuerdo con la especialista, esto provoca que los niños tengan menos capacidades para empatizar y solucionar problemas cotidianos.
Además de que verán como una tarea poco atractiva apoyar de cualquier forma en mantener el orden en casa, y será muy complicado lograr que ayuden cuando sean mayores.
Por el contrario, si los niños se involucran en el quehacer doméstico, serán “solucionadores de problemas de buen carácter”, es decir, será mucho más fácil que accedan a cooperarán en cualquier tarea doméstica en el futuro sin molestia alguna.
¿Cómo involucrar a los niños en el aseo casero?
La doctora Gilboa sostiene que lo mejor es involucrar a los niños en el aseo casero desde una edad muy temprana, y cree que lo mejor es que sea entre los primeros dieciséis meses de vida (un año y medio) y los 3 años de edad.
En esta edad, justo por su incipiente desarrollo físico, se tiene que otorgar tareas a los niños que no requieran mucho esfuerzo, que sean sencillas, y que los involucren con un esfuerzo conjunto de la familia.
La especialista cree que, justo por ser una edad en la que el niño quiere aparentar ser más grande y listo de lo que es, es buen momento para que demuestre eso a través de pequeñas responsabilidades, pero que deban ser vigiladas por los padres.
Una tarea perfecta para esta edad es ayudar a detener el recogedor de basura, mientras el padre barre hacía él.
Tareas para cada edad
En su interesante Ted Talk, la doctora Gilboa desarrolla las tareas ideales para los niños conforme van creciendo. Ella sostiene que, mientras aumenta su edad, se deben ir complejizando las tareas domésticas a su cargo.
Por ejemplo, a los niños de entre 4 y 5 años ya se les debe dar espacio para comenzar a realizar su parte del aseo casero de forma independiente.
Es importante que la tarea siga siendo relativamente sencilla, pero que les dé a los chicos la sensación de que es su tarea. Como por ejemplo, ordenar sus juguetes y tender su cama.
Al ser una edad en la que están conociendo el mundo y tienden a distraerse, la doctora recomienda que los niños tengan que avisar en cuanto terminaron su tarea.
De los 6 a los 8 años será mucho más fácil otorgarle tareas más complejas, y es importante que sean hábitos de todos los días, como una tarea repetitiva en la cocina (lavar las cucharas) o sacar a pasear al perro.
A partir de los 9 años lo mejor es otorgarle a los niños tareas que necesiten varios pasos a seguir, y aquí la mejor opción es lavar la ropa. De acuerdo con la experta, esto dotará a los niños de la capacidad de seguir una planificación.
Los adolescentes
Con los jóvenes de 12 años se vuelve un poco más complicado seguir manteniendo el interés en las tareas domésticas. Por eso lo correcto será atraerlos con responsabilidades que sean cercanas a sus intereses.
Así lo explica Gilboa:
“Si a su hijo le encanta comer, preparar la cena o el desayuno es una gran tarea para él. Si necesita que lo lleves a varios lugares para realizar sus actividades, entonces limpiar el automóvil con regularidad es una buena tarea”.
Con adolescentes de 15 años lo mejor es ponerlos a hacer ya tareas completas y complejas de la casa. Como ser el encargado de lavar los trastes todos los días, o preparar la comida para toda la familia una vez a la semana.
Finalmente, para los jóvenes de 18 años lo mejor es darles tareas que les sean útiles para la vida adulta, como mantener el automóvil en buenas condiciones o involucrarse en el pago de servicios de la casa.
Lo importante de que tu hijo forme parte de todo esto, es que le des a entender que no está “ayudando”, sino participando en el bienestar común de la familia.