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La cabeza del lobo, que data de hace 40 mil años, preserva íntegramente el pelo, los colmillos, las orejas y los huesos, y se cree que es el primer ejemplar encontrado de un lobo del Pleistoceno
EXCELSIOR / FOTOS: TOMADAS DE SIBERIANTIMES.COM
MOSCÚ.
Un grupo de científicos rusos y japoneses anunció recientemente el hallazgo de una cabeza de lobo perfectamente conservada que data de hace 40 mil años.
Incluso el cerebro del lobo se encuentra en buenas condiciones, según el reporte.
La cabeza del animal preserva íntegramente el pelo, los colmillos, las orejas y los huesos, y se cree que se trata del primer ejemplar encontrado de un lobo del Pleistoceno, informa el diario Siberian Times.
El hallazgo se realizó el año pasado a orillas del río Tirekhtyakh, en la región siberiana de Yakutia, a manos de buscadores locales de restos mamuts.
Los expertos creen que la cabeza de lobo resultó cortada de manera natural a causa del desprendimiento de algún fragmento de hielo que lo mantenía conservado, y no por la intervención humana.
Aún no está claro si esta especie de lobo, al que se le calculan entre dos y cuatro años de edad, podría ser más grande que sus parientes contemporáneos, pero los científicos han resaltado que sus poderosas mandíbulas eran capaces de matar animales tan grandes como un bisonte.
La cabeza del lobo mide 40 centímetros de largo y fue presentada al público por primera vez la semana pasada en Tokio durante una exhibición de restos de mamut.
“Este es un descubrimiento único de los primeros restos hallados de un lobo del pleistoceno completamente desarrollado y con su tejido preservado”, aseguró el doctor Albert Protopopov, miembro de la Academia de Ciencias de Yakutia.
Compararemos los restos con los lobos actuales para comprender cómo ha evolucionado la especie y para reconstruir su apariencia”, agregó el especialista.
Protopopov y su equipo planea regresar pronto al sitio del hallazgo para investigar si aún hay más restos por encontrar.
La región siberiana de Yakutia solía estar congelada prácticamente todo el año, pero en tiempos recientes, y a causa del calentamiento global, algunas zonas presentan derretimiento durante la primavera y el verano, permitiendo el auge de expediciones científicas y hasta de buscadores furtivos.
La exhibición en la que se presentó la cabeza del lobo en Tokio también contó con los restos de un cachorro de león de cueva que se cree que tiene unos 50 mil años de antigüedad.
jrr
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