[vc_row][vc_column][vc_column_text]***Barrio que se reivindica ante su fama
Por Sofía García Flores
Córdoba, Ver.- El Callejón de la Veladora, ubicado en la ex vía del Huatusquito entre calles 15 y 17, expuso, para sorpresa de la ciudad, una serie de tapetes elaborados con semillas y aserrín pintado, con el tema de La Pasión de Cristo.
El trabajo es de los habitantes de dicho lugar, que de esta manera muestran su forma de ser, contraria a la fama que se las ha generado por décadas, de ser un lugar peligroso para los que pasaran por el lugar.
Se denomina así, porque en la casa de la esquina existe una capilla pequeña, dónde generalmente las personas dejan una veladora por las noches. La otra versión es que en la esquina vivía un señor dedicado a ser velador nocturno y al morir su esposa que tenía una tienda en ese lugar, era conocida como “la veladora” (viuda del velador) y quedó como El Callejón de la Veladora”.
En los años 60 y hasta finales del siglo pasado, en esa zona eran continuos los asaltos y perseguir a algún carterista en la zona era imposible, pues entre varios lo defendían y ni la policía podía hacer algo, pues no osaban entrar.
Hoy las nuevas generaciones luchan contra este estigma y muestran su talento manual, para disfrute de quienes quieren verlo.
El callejón es solo una de las 14 estaciones del viacrucis del barrio de San Miguel, la primera iglesia que tuvo Córdoba, luego de su fundación. Pero la gente de este lugar se esmeró en ser una estación bien diseñada, con una enorme piedra, hecha de cartón pintado.
El presbítero que dirige el Viacrucis es el Padre Tony, y se han sumado hombres vestidos de apóstoles y gente de los barrios de Son de San Miguel, San Pedro, El Refugio, Miguel Alemán, El Mercado y otras colonias.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]