*El primero en la historia, todos ganaron
*El alcalde dio el banderazo de salida
Por Noé Flores Cortés
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Finalmente se corrió el primer maratón en la ciudad de Córdoba y se llamó Bicentenario, el cual cumplió con su objetivo, ser el primero en la historia de la ciudad y haber alcanzado una buena cantidad de participantes; por ser el primero, habrá mucho que mejorar, pero en términos generales fue un éxito.
Cuando se anunció el cierre de inscripciones, se dijo que había 470 más o menos inscritos y que no habría más, después manifestaron que 537 más menos se habían inscrito, pues hubo un diputado que se anotó junto con sus colaboradores de último momento (como decirle que no), pero al final, no llegaron todos.
Tomando en cuenta que muchos corren sin número, pues considero que si se llegó a los 600 atletas haciendo el recorrido, muchos más en los 10 y los 21, pues no cualquiera corre los 42 y 195 metros; pero el hecho de que no hayan venido los kenianos, le dio oportunidad de subir al pódium a quienes difícilmente lo hubiesen logrado con gente de fuera.
Podemos decir, que pese a que llegaron atletas de Tehuacán, de Puebla, Tlaxcala, etc., los premios se quedaron en Córdoba, pues más allá de las diferencias que hubo entre los comités organizadores del me-dio maratón y el maratón, al final, los atletas, los que corren por gusto y lo hacen una semana sí y otra también, decidieron participar y la fiesta del atletismo fue total.
Fue total, porque más allá de quienes cruzaron la meta en los primeros lugares y los tiempos registrados, hubo derrama económica importante; los portales de la ciudad estaban llenos de comensales después del evento atlético Bicentenario, sin importar que el premio obtenido, no haya alcanzado para la cuenta, la satisfacción de haber corrido y ganado fue mejor.
En logística no hay nada que reclamar, quizá debió haber una mejor hidratación, pues en una competencia de estas, agua no basta, pero en general, bien, en la meta, masaje, hidratación y hasta cheves gratis para los participantes.
Gorra, taza, toalla y medalla complementaron la premiación para todos los participantes que llegaron a la meta; mucho por mejorar, como mayor contacto con la prensa; en lo personal, ratifiqué mi correo electrónico con quienes llevaron el control y me dijeron que me enviarían los resultados y jamás llegaron; antes del evento, nunca hubo un mensaje, una invitación a conferencias de prensa, nada.
No conocía a ese señor Tolosa, Tosal o algo así y cuando me presentaron con él, pues hujule… que bueno; entiendo que él es autosuficiente y tiene un equipo completo de trabajo y que no necesita de la prensa local, pero pues allá él.
Los equipos de atletismo que hicieron la fiesta grande, fueron los locales, las Go Go, con buena participación, los Huilango, los Cimarrones, Atletas Unidos, Galápagos y desde luego los atletas libres, tanto de Córdoba como de Orizaba y toda la región, los cuales vinieron a correr por participar y disfrutar un maratón, que hoy en día no tiene Pluviosilla.
Me quedo con el triunfo de mis amigos, los conocidos, los que siempre cruzan la meta en los primeros lugares, con el recorrido que hizo Mimi, mi compañera de vida, que no ve colores, ni organizadores, ella, quiere correr, participar y lo mismo hace cuando fuimos a la Sierra Gorda de Querétaro, como el ultra que organizado Luis Pedro Contreras, de Córdoba a Camarón donde ocupó el segundo lugar en su categoría, igual que cuando le tocó correr en Manchester o la carrera del color que no da premios, lo disfruta en grande y yo con ella.
Qué bueno que haya carreras en Córdoba y ahora medios y maratón completo, sólo falta organizarnos mejor para distribuirlos mejor durante los meses del año y que no se pierda la esencia de estos eventos, que es fomentar el deporte y sí, ganarse una lana sobre todo, si vives de esto, pero no tratando de hacer negocio grande cobrando cantidades fuertes para participar en una carrera, que bien organizada y con buenos patrocinadores, te da para cobrar poco y apoyando el atletismo.
Si me llegan los resultados, los comentaré, pero ahora, ni Comude, ni Magno, ni comunicación social, mucho menos el señor Tosal o Tolosa, los han hecho llegar.